Cerca de 300 niños de nuestra Fundación Dones de Misericordia de la isla Tierra Bomba disfrutaron del tradicional concierto internacional de Brass.
Hasta la isla tierra bomba llegaron un grupo de músicos extranjeros en compañía de la fundación tocando Puertas para Abrir Futuros, con un solo propósito; llevar felicidad a nuestros niños de la Fundación Dones de Misericordia, con su tradicional concierto Internacional de Brass, el objetivo lo lograron en el momento en que cada músico tomó su instrumento y armonizó el lugar.
Las sonrisas no se hicieron esperar, y como el agua que rodea la isla, se desbordaron al son de cada armonía, que sin importar ser interpretadas en otro idioma los puso a bailar.
Y cuando creían que el talento era solo de los jóvenes músicos ¡llegaron las sorpresas! nuestros niños les dieron a conocer el sabor que corre por sus venas; y como ángeles caídos del cielo vestidos de blanco llegaron nuestros adolescentes del coro Dones de Misericordia que con sus voces angelicales erizaron a los presentes, quienes de pie y con aplausos elogiaron el gran talento.
Mientras sorprendidos felicitaban y motivaban a nuestros jóvenes, al kiosko de tierra bomba se aproximaban los más pequeños quienes a través de bailes culturales dejaron anonadados a los estudiantes extranjeros.
El derroche de talento solo dejó inspiración para quienes tienen todas las oportunidades para construir una carrera profesional y poner al servicio de los más necesitados; como Brayan Gonzales un joven estadounidense que estudia música y sueña con ser maestro de niños como los nuestros: “Quiero poder conectar lo que yo aprendí mis metas y pueda dárselo a los peladitos aquí y pueda compartir el amor de música” afirmó.
Evelia González presidenta de la Fundación Tocando Puertas para Abrir Futuros, fue la encargada de dar estas horas de felicidad a nuestros pequeños: “Es una labor de amor y de pedagogía, que es lo que nos interesa, que la música abra puertas para el futuro de estos muchachos”, con estas palabras afirmó seguir trabajando de nuestra mano por los sueños de estos pequeños gigantes, porque ¡Si yo cambio, todo cambia!.