Desde hace 15 años la Fundación Dones de Misericordia emprendió un arduo camino en la construcción de un mundo mejor para un grupo de niños de vida en calle y adultos mayores en condición de abandono, logrando la creación de una casa con calor de familia para 26 niños que tienen una mejor calidad de vida, alimentos saludables, una cama limpia y caliente para su descanso y un grupo de talento humano que a diario les garantiza una estadía feliz, a través de cada actividad que les realizan entre las que se destacan el deporte, la recreación, hábitos saludables y respetuosos.

En lo que va corrido del año 2019 los menores de Dones de Misericordia han logrado crecer como niños responsables y llenos de grandes dosis de amor, realzando actividades como: manejo mis emociones y respeto al otro, fortaleciendo así su proyecto de vida, motivándoles al aprendizaje constante a través de la educación y el manejo de la ansiedad, recordemos que el pasado de cada uno de ellos tiene una historia de no recordar, tras sufrir maltratos físicos, emocionales, abandono y violación sus derechos humanos.

Por esta razón la fundación Dones de Misericordia trabaja 24 horas al día los 7 días de la semana para cambiar el pasado de estos niños y adolescentes por un presente y futuro prometedor.

Pero la misión de la institución no está enfocada solo en los menores, también se ha preocupado por quienes durante toda su vida dieron lo mejor por sus familias y hoy se encuentran en abandono, hablamos de los adultos mayores, por ellos nació el Hogar de los Dones, un lugar donde 37 abuelos volvieron a sonreír, gracias al trabajo de un gran equipo que se levanta todos los días con la convicción de darles lo mejor empezando por una sonrisa, un gesto amable, comida agradable, medicamentos a sus necesidades de salud y mucho pero mucho amor.

Todos los abuelos del hogar realizan diferentes actividades a diario que los hace sentirse útil para la sociedad, por ejemplo, en el mes de Julio se realizaron espacios de esparcimiento, actividades recreativas, liberándolos de la inactividad y sedentarismo de las tensiones psicológicas como el estrés, la ansiedad, depresión, rompiendo el aislamiento y la soledad, conductas que hacen parte de los cambios que constantemente viven por la edad, permitiéndoles el goce pleno de su vejez.

Satisfacer sus necesidades es una de las principales misiones, permitiéndoles sentirse amados, escuchados, atendidos, protegidos, devolviéndoles el valor de sus derechos, haciéndolos felices, entregándoles una vejez de calidad.

Para seguir creciendo y dando lo mejor a ellos, la Fundación siempre agradece a cada voluntario que llega a sus instalaciones e invita a que muchas se unan a esta bonita labor que restaura sueños y devuelve las ganas de vivir.

¡SI TÚ CAMBIAS, TODO CAMBIA!

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